La Universidad de América nace en una época de sueños y transformaciones. Son los años de aspiraciones hacia una realidad política, social y económica más justa, un tiempo en el que el espíritu progresista y humanista, inspirado por figuras como José Celestino Mutis y su legado, traza el camino hacia una educación superior comprometida con el cambio.
Es también la época de la creación de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), cuyo propósito es promover la unidad del conocimiento y la colaboración entre instituciones educativas, iluminando así los objetivos comunes de estudiantes y docentes. La universidad, como reflejo del futuro del país, se erige en un espacio donde confluyen todas las ideas, pensamientos y orígenes sociales. La realidad de Colombia se convierte en el eje central: no solo como contexto presente que define una manera particular de enseñar, sino como destino final, un horizonte hacia el que se dirige la formación de mentes y espíritus.
En 1958, una reforma universitaria marca un hito en la educación superior colombiana, actualizando las aspiraciones de las universidades para que puedan responder a los desafíos del país. En este proceso, las instituciones asumen un papel decisivo en el progreso nacional, fortaleciendo su autonomía e independencia. Así, se consolida una visión de universidad que parte del estudiante y se construye en él. Es un tiempo de cambios profundos, que allanan el camino hacia una Universidad de América sólida, vanguardista y comprometida con sus objetivos educativos y sociales.
En 1952, el Ministerio de Educación otorga la licencia para iniciar actividades académicas en la Universidad de América. Poco después, en 1956, se aprueban los estudios y títulos profesionales de las facultades de Arquitectura y Economía, marcando el comienzo de una trayectoria académica orientada al desarrollo del país.
Ese mismo año, la universidad impulsa la creación de las facultades de Ingeniería Industrial, Mecánica, de Petróleos y Química, siendo pionera en Bogotá en estas áreas clave para el crecimiento industrial y energético.
Un momento trascendental tiene lugar el 12 de octubre de 1957, Día de la Raza y aniversario del descubrimiento de América, cuando el rector y fundador Jaime Posada lidera la creación de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), estableciendo un marco de colaboración que transformaría la educación superior en el país. Cinco años después, el 12 de octubre de 1962, se pone la primera piedra del emblemático EcoCampus de los Cerros, junto a la histórica Quinta de Bolívar.
En esta etapa, gracias a la creación de la Oficina de Planeación en 1961, la universidad emprende un ambicioso plan de desarrollo basado en tres fases: académica, arquitectónica y financiera. Este esfuerzo, liderado por egresados y profesores, sienta las bases para un crecimiento sostenido.
En 1968, se fortalece el área de posgrados con la creación del Instituto de la Comunidad Latinoamericana, que ofrece el Magíster en Administración Política. Ese mismo año, se inaugura una librería estudiantil de carácter cooperativo, fomentando el acceso a materiales académicos.
La década de los ochenta representa un periodo de reflexión y avance. En 1981 se publican los reglamentos de matrícula, evaluación y certificación, estableciendo un marco claro para los estudiantes. En 1985, el rector Jaime Posada redacta el documento "Autoevaluación Institucional", una profunda reflexión sobre los objetivos de la educación superior supervisada por el ICFES, que impulsa una transformación acorde con las necesidades del país.
En 1986, con motivo de los 30 años de la universidad, se inaugura la Biblioteca Roberto García Peña en la Casa del Ciudadano Eduardo Santos, un espacio emblemático que simboliza el compromiso con la educación y la cultura. Ese mismo año, se entrega el Jardín de los Maestros de América, ubicado junto a la Quinta de Bolívar en la sede de los Cerros.
En 1990, la Universidad de América establece el Sistema de Evaluación Institucional, marcando un hito en la gestión académica y administrativa. En 1991, se publica el plan estratégico "Una universidad con la mira en el mañana", en el que se plantean cambios significativos, como la actualización de los planes de estudio, el fortalecimiento del cuerpo docente y la modernización de la infraestructura.
En 1992, se pone en marcha un programa integral de evaluación y modernización del currículo, que incluye seminarios y comisiones interdisciplinarias. Además, la universidad tiene un papel crucial en la formulación de la Ley 30 de 1992, que establece el marco legal para la educación superior en Colombia y resalta la importancia de las ciencias y humanidades en la formación universitaria.
El avance tecnológico marca este periodo. En 1998, la universidad logra la sistematización total de sus procesos académicos y administrativos, consolidando el uso de la informática como pilar de su gestión.
En 2001, la Universidad de América celebra 45 años de trayectoria, un hito acompañado por la consolidación de sus programas de posgrado y la apertura de una nueva sede en el norte de Bogotá, en la calle 106 con avenida 19. Este logro refuerza la autonomía institucional y amplía su impacto en la educación superior.
A partir de 1999, las especializaciones de la universidad se inscriben oficialmente, abriendo camino a una nueva era de excelencia académica. Después de años de planificación y esfuerzos, en agosto de 2005 se inician las clases en la Torre de Posgrados, una de las sedes más modernas y avanzadas del país, diseñada para satisfacer las exigencias de estudiantes y docentes de alta categoría. Este proyecto consolida la Universidad de América como una institución de referencia en la formación de profesionales altamente calificados.
En este periodo, la Universidad de América consolida su posición como una de las instituciones educativas de mayor impacto en Colombia y en la región latinoamericana. Los esfuerzos de la universidad se orientan hacia la internacionalización, la innovación tecnológica y el fortalecimiento de su oferta académica para responder a las demandas del siglo XXI.
En 2015, la universidad inicia un ambicioso plan de transformación digital, que incluye la implementación de aulas virtuales, plataformas de aprendizaje en línea y la adopción de herramientas tecnológicas avanzadas para la enseñanza. Este enfoque permite una mayor flexibilidad en los programas educativos, beneficiando tanto a estudiantes locales como internacionales.
La sostenibilidad ambiental se convierte en un pilar fundamental del modelo educativo de la Universidad de América. Se implementan políticas institucionales para la gestión responsable de recursos, como la reducción de la huella de carbono y el uso eficiente de la energía en sus campus.
La universidad obtiene importantes acreditaciones y certificaciones nacionales e internacionales que dan cuenta de la calidad de sus programas académicos y su compromiso con la excelencia. Este logro refuerza su reputación y atrae a estudiantes de diversos países.
Durante 2020, ante los retos presentados por la pandemia del COVID-19, la Universidad de América responde con agilidad, adaptando todos sus programas a un modelo híbrido de enseñanza. Esto permite a los estudiantes continuar sus estudios de manera remota, manteniendo altos estándares de calidad y asegurando el acceso a herramientas tecnológicas avanzadas.
En 2021, la universidad inaugura una renovada sede principal enfocada en la investigación interdisciplinaria, con laboratorios de última generación para áreas como inteligencia artificial, energías renovables y biotecnología. Se fortalece el enfoque de educación inclusiva y accesible, con la creación de becas y programas de apoyo dirigidos a estudiantes de comunidades vulnerables.
En 2023, la Universidad de América lidera varios proyectos de cooperación internacional, participando en redes académicas globales que impulsan la movilidad estudiantil y docente, así como proyectos de investigación conjuntos.
En 2024, se celebran los 68 años de la universidad, consolidándose como un faro de conocimiento, innovación y progreso social. Durante este año, se llevan a cabo actividades conmemorativas que incluyen congresos internacionales, la publicación de libros y un reconocimiento a egresados destacados que han contribuido al desarrollo del país y de la región.
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